LOS 25 MEJORES ESTRENOS DE 2019
Soy
un fanático de las listas top. Mejores películas, mejores centrocampistas,
mejores novelas, mejores canciones, mejores fracasos sentimentales, mejores
gatillazos, lo que sea. Así que no se me ocurre mejor forma, en este 1 de enero
de 2020, que inaugurar este blog con un repaso de las mejores películas del año
2019. Tomaré como referencia el estreno en España. Todas ellas vistas en salas
de cine, que no se enfade el señor Scorsese. Posiblemente si hiciera la
lista mañana, cambiaría alguna posición y, seguramente, algún título.
Y no, no está Parásitos, de Bong Joon-ho. Me ha gustado, pero no es una de las mejores 25 películas que he visto el año pasado. Un día de estos explicaré por qué.
Y no, no está Parásitos, de Bong Joon-ho. Me ha gustado, pero no es una de las mejores 25 películas que he visto el año pasado. Un día de estos explicaré por qué.
Comencemos. Feliz año de cine 2020.
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25. LA PROFESORA
DEL PARVULARIO
Una película tan absorbente como inquietante que plantea interesantes
cuestiones sobre el arte, la genialidad y la ética. Fantástica Maggie
Gyllenhaal interpretando a un personaje que se mueve perturbadoramente
entre la admiración y la envidia, la devoción y la obsesión, la pasión y el
puro delirio. Una película para meditar.
24. ROCKETMAN
Como
película biográfica resulta interesante y muy entretenida, aunque no se aleja
demasiado de las convenciones típicas del género. Divierte más que emociona,
eso sí. Pero como musical Rocketman es deslumbrante. No solo por
la adaptación de los temas de Elton a las tramas, sino,
fundamentalmente, por sus extraordinarios números. La espectacularidad, el
colorido y los estupendos arreglos de esos números resultan hipnóticos. Toda la
secuencia del famoso local Troubadour de Santa Mónica, por ejemplo, es
electrizante.
Cuenta, además, con la arrolladora interpretación de Taron Egerton. Me gusta porque no trata de imitar (ni siquiera cantando) a Elton John. No se mimetiza con el artista como sí hizo Rami Malek (en su alucinante transformación de Freddie Mercury en Bohemian Rhapsody, también dirigida por Dexter Fletcher, tras el despido de Bryan Singer), sino que crea su propia versión del músico. El trabajo actoral es estupendo; pero es su faceta musical la que sorprende, demostrando una enorme versatilidad como actor y cantante.
Cuenta, además, con la arrolladora interpretación de Taron Egerton. Me gusta porque no trata de imitar (ni siquiera cantando) a Elton John. No se mimetiza con el artista como sí hizo Rami Malek (en su alucinante transformación de Freddie Mercury en Bohemian Rhapsody, también dirigida por Dexter Fletcher, tras el despido de Bryan Singer), sino que crea su propia versión del músico. El trabajo actoral es estupendo; pero es su faceta musical la que sorprende, demostrando una enorme versatilidad como actor y cantante.
23.
LITUS
La
teatralidad con la que está construida la película pone el foco en los
sentimientos y en las relaciones personajes. Tras el suicidio de un amigo
común, el resto del grupo se reúne al completo por primera vez para leer unas
cartas que el ausente dejó. Un guion ingenioso, divertido, pero también
emocionante y sensible. Gran reparto coral en el que destaca un encantador y
divertidísimo Adrián Lastra.
22. LA TRINCHERA
INFINITA
Sí.
Otra historia sobre la guerra civil española. Pero en este caso (y ese es su gran
acierto) la trama no se centra en los héroes, las batallas o los discursos
ideológicos, sino en la miseria de los olvidados. Aquellos que se vieron
obligados (por su propio miedo, su cobardía) a vivir escondidos durante décadas
en un infame agujero. No apta para claustrofóbicos. ¿Antonio de la Torre?
¿De verdad hace falta decir cómo está este monstruo de la interpretación? Pues
eso.
Lo
dijo sin vergüenza ninguna: esta es la mejor versión de todas las Mujercitas,
incluso superior a la de George Cukor. La directora y escritora Greta
Gerwig acierta totalmente en la construcción narrativa de esta historia
clásica de cuatro hermanas enfrentándose al complicado paso de la niñez a la
madurez. La realizadora sigue demostrando (tras la fabulosa Lady Bird)
que está llamada a ser una de los indiscutibles referencias cinematográficas en
las próximas décadas.
Su
Mujercitas mantiene la sensibilidad y el mensaje feminista del
cuento de Alcott, pero insuflándole un aire alegre, optimista y luminoso
que no tenían anteriores versiones. Una película que nace para ser un clásico
navideño inmediato.
20. GLASS
¿Se
puede disfrutar de esta película (de toda la trilogía) sin amar los cómics? Por
supuesto que sí. Pero si los amas, ese placer se multiplica varios enteros. Glass,
mucho más que las anteriores, es una declaración de amor a los cómics. No a los
personajes, o a las hazañas, sino a la propia filosofía de los cómics. No es
una película de superhéroes al estilo de Márvel o DC. Es una película que reflexiona
sobre la propia existencia de los superhéroes, sobre el odio y el miedo que
despierta su excepcionalidad. Es tan friki, que me resulta irresistible.
19. EL GORDO Y EL FLACO
La
película está basada en la última gira que llevaron a cabo Stan Laurel y
Oliver Hardy por tierras británicas, tras haber pasado mucho tiempo
separados y cuando empezaban a asumir que, quizás, los tiempos del Gordo y el
Flaco habían pasado a mejor vida. No es que Steve Coogan y John C.
Reilly imiten a la perfección a esos dos genios de la comedia clásica; es
que, durante 97 minutos, se convierten literalmente en ellos. Una película que
rezuma talento, humor, ternura, nostalgia y amor al cine por los cuatro
costados.
18. MIENTRAS DURE LA
GUERRA
Excelente
retrato el que hace Amenábar de aquellos primeros días del alzamiento.
La interpretación de Karra Elejalde es asombrosa, impresionante. En
algunas escenas uno llega a pensar que Unamuno fue ese señor que se
parece al personaje de Elejalde. Concienzudamente documentada, plantea
también hipótesis valientes; sobre todo, en lo relativo al insólito ascenso de
Franco al poder y a la propia personalidad del generalísimo. Por momentos es
algo fría y le falta un poco de corazón, pero, en suma, es una película
extraordinaria.
17. LA HIJA DE UN LADRÓN
Primer
largometraje dirigido por Belén Funes y una de las más gratas sorpresas
del año. Una historia dura, absorbente, grabada con las entrañas; emociona sin
recurrir a forzar el melodrama o caer en tópicos sentimentales. Es casi un
experimento naturalista, tan áspero como los personajes y las situaciones que
plantea. Una bofetada de realismo. Fantástica Greta Fernández;
omnipresente su tristeza en cada plano de una película rodada casi
obsesivamente en torno a ella. Apuesto 15 coronas frente a un chelín por su
Goya a la mejor actriz por esta bárbara interpretación.
16. EL VICIO DEL PODER
Entretenido
y escandaloso biopic del que fuera, posiblemente, el hombre más poderoso del
planeta, Dick Cheney; por encima, incluso, de su jefe de gabinete, el
presidente Bush. La genialidad de esta irónica crónica es que resulta tan
impúdica como hilarante. Hay que reconocer que los americanos saben retratar
como nadie sus cloacas más profundas y sucias. Enfada y divierte, ¿qué más se
le puede pedir a una sátira política? Sí, es verdad. Buenos actores. Christian
Bale, Amy Adams, Steve Carrell y Sam Rockwell. Ni tan
mal.
15. LE MANS '66
Grandes
escenas de acción automovilística, buenos diálogos, estupendas interpretaciones
(Christian Bale demuestra una vez más que es un actor fuera de serie),
maravillosos coches de carreras de los años ’60, la épica de Le Mans, la guerra
entre Henry Ford Jr. y el mismísimo Enzo Ferrari y una banda sonora fabulosa.
¿Qué más hace falta? ¿Una gran historia de amistad, humor, fidelidad, drama?
También tenemos de todo eso en Le Mans '66.
Si
amas las carreras, esta película te encandilará. Si no, posiblemente también te
guste. Es muy buena.
14.
HISTORIA DE UN MATRIMONIO
¿Dos
actores en estado de gracia (Scarlett Johansson y Adam Driver),
un drama tan complejo como cotidiano y unos magníficos diálogos son suficientes
para construir una buena película? Pues sí. Noah Baumbach sí lo
demuestra en esta tragicomedia doméstica tan triste, tan vitalista, tan
visceral. La descarnada autenticidad que la pareja protagonista desprende es
una delicia para el espectador. Imposible no empatizar irremediablemente con el
reconocible derrumbe que viven estas dos personas que han dejado de amarse y
luchan para no provocarse cicatrices incurables. Scarlett huele a Óscar
(por fin).
13. EL CRACK CERO
Todos
los años hay sorpresas en los premios. Y también grandes olvidadas. Para mí,
esta es la gran olvidada de los Goya 2020. Injustamente. La precuela de los dos
cracks de Landa no llega a la grandeza de aquellas, pero sí la roza. Y Carlos
Santos tampoco es el bueno de Alfredo, pero se acerca mucho al
tristón, serio y meditabundo Germán Areta de siempre. La historia
policiaca es buena y Garci nos revela algunos secretos del Piojo
que permanecieron en secreto en las dos películas anteriores. Puro placer
escuchar de nuevo la música de Jesús Gluck con esa magnífica fotografía
de Madrid en Navidad, esta vez en un blanco y negro precioso.
¿Que
los diálogos suenan impostados, a cine negro del Hollywood de los años ’30?
Pues sí, ¿y qué? José Luis Garci no solo ha querido cerrar la trilogía
de su mejor personaje; también ha querido homenajear a ese cine e antes, un
cine que ama tanto que le desborda cada vez que se pone ante un micrófono, una
máquina de escribir o una cámara de cine. Garci es así. Y a mí me
encanta.
12. SIN PIEDAD
Una
película que ha pasado algo desapercibida para público y crítica en este 2019.
Reconozco que tengo predilección por estas pequeñas joyas desconocidas. Creo
que mereció más atención. Nueva versión del pistolero más cool de la
historia, Billy el Niño. Un criminal que se comportaba y era seguido como una
auténtica estrella del rock. Díscola, sí, pero estrella al fin y al cabo. El
Rolling Stone de los forajidos del Oeste.
La
originalidad de D’Onofrio en esta revisión del mito estriba en la
perspectiva con la que cuenta la leyenda de William H. Bonnie. Esta vez, el
pistolero de Lincoln adopta un papel secundario y todo el protagonismo lo
adquiere el joven actor Dane Dehaan, interpretando a un chico que busca
a su hermana secuestrada y se cruza en su camino al bandido más famoso del
momento y, cómo no, al pertinaz sheriff Pat Garrett (estupendo Ethan Hawke,
por cierto). Western de altura, con todos los tópicos del género: persecuciones
a caballo, saloones de mala muerte, duelos al sol, casas de mala reputación y
colts calientes. Muy buena.
11. EL IRLANDÉS
Es
tan grato poder disfrutar de tres genios juntos (De Niro, Pacino
y Pesci) interpretando de nuevo a esos cínicos y duros tipos de la cosa
nostra que, solo por eso, merece la pena esta película. Pero es que,
además, la trama (basada en personajes y hechos reales) es tan poderosa que el
placer es doble. Leo críticas sobre la excesiva duración del filme (más de tres
horas y media). Pero yo entiendo a Scorsese. Tuvo que encontrarse con
horas y horas de puro arte cinematográfico grabadas con esos tres monstruos de
la actuación. Entiendo que haya querido eliminar solo el material
imprescindible. Y es de agradecer. Es una película algo lenta, cierto; puede
que algunos diálogos resulten superfluos, poco trascendentes, de acuerdo. Pero
son Pesci, De Niro y Pacino. ¿Cómo no aprovecharlo? Con
todo, la última hora de la película se pasa volando. Esa hora es una auténtica
lección de cine, la mejor masterclass de uno de los grandes maestros de
siempre.
Gracias,
señor Scorsese. Ojalá le queden muchas lecciones más.
10. LOS HERMANOS SISTERS
Otro
western. Estamos de enhorabuena. Plantea esta original historia Jacques
Audiard sobre otro de los tópicos del cine del Oeste: la búsqueda de una
quimera. Dos hermanos muy diferentes (encarnados por dos actores magníficos que
hacen doblete este año con sendas interpretaciones: Joaquin Phoenix y John
C. Reilly) son contratados para encontrar a un hombre que esconde un gran
secreto que, inesperadamente, puede hacerles ricos. Además del estupendo guion,
la película es un regalo para los sentidos. La fotografía, la banda sonora y,
en general, el lirismo que desprende cada plano resalta esa belleza salvaje del
viejo Oeste. Esa mezcla de violencia y poesía es irresistible y emociona. Como
su bello desenlace.
9. VENGADORES: ENDGAME
Pues
sí, Vengadores: Endgame es una de las mejores películas de 2019.
Y no solo por ser un dignísimo cierre a una descomunal saga de buenas películas
(en general), sino por sus propios méritos cinematográficos. La primera media
hora es espectacular y emocionante. Lo mismo que el desenlace, no por esperado,
menos emotivo. Y entre medias, otra hora larga de buen cine de entretenimiento
y ciencia ficción: planes imposibles, dificultades, inventos, viajes en el
tiempo, paradojas provocadas por los viajes en el tiempo, chistes sobre lo absurdas
e ilógicas que son las paradojas que provocan los viajes en el tiempo y buenas
dosis de heroísmo, acción y humor.
Por
mucho que le pese (que creo que no es tanto como intenta aparentar), Robert
Downey Jr. nunca hará otra cosa tan bien en el cine como bajarse la celada
de Iron Man mientras suelta algún chiste. Un personaje inolvidable. El cierre
perfecto para una gran obra coral que nos ha entretenido durante una década con
más de veinte películas.
Una
anécdota real resume lo que ha sido la saga para un friki medio como yo. Sabía
que esta vez no habría una última escena post-créditos. Ya lo había leído en la
prensa; incluso los hermanos Russo habían
explicado públicamente la razón. Aun así, por algún extraño motivo, permanecí
en mi butaca hasta el fundido en negro final, con la vana esperanza de haberme
equivocado y poder disfrutar de ese último regalo que tantas veces hemos
degustado en estos años. No fui el único. Varias decenas de personas aún
permanecían en la sala también. Cuando nos dimos cuenta de que esta vez,
efectivamente, no había más, nos fuimos levantando de nuestros asientos con un
movimiento vencido de hombros. «Te dije que en esta no había corto» escuché que
un hombre de mediana edad le decía a un niño, seguramente su hijo. «Ya, pero bueno…»
contestó el niño resignado. Y eso mismo dije yo para mí: «Ya, pero bueno…».
Supongo que al chaval le habría encantado ver uno más. Como a mí.
8. AD ASTRA
No
entiendo las críticas ni la decepción con este peliculón. Bueno, sí los
entiendo. Imagino que la mayoría vienen de espectadores o críticos que
esperaban la típica película de ciencia ficción palomitera. Y no lo es.
De hecho, ni siquiera es una película de ciencia ficción, más allá de su
envoltorio y de alguna escena de acción secundaria. James Gray nos
regala una versión futura del Corazón de las tinieblas de Joseph
Conrad (adaptado ya por Coppola en la gigantesca Apocalipsis
Now). Aquí el conflicto es familiar, paterno para más datos. La
búsqueda de un padre a través de la galaxia que, en esencia, es una búsqueda
interior, un intento de reconciliación con uno mismo por parte de un personaje
profundamente infeliz interpretado por un gran Brad Pitt. Es una
película lenta, reflexiva, filosófica y hermosa como pocas.
7. STAR WARS IX. EL
ASCENSO DE SKYWALKER
Me
declaro culpable de gustarme esta nueva trilogía de Star Wars. Sé que a los haters
nostálgicos cualquier nuevo episodio les parece una herejía en comparación con
las primeras películas de George Lucas. Incluso con su segunda trilogía
(que es bastante peor que esta última, por cierto). Pero yo creo que Abrams
ha hecho un buen trabajo. Sobre todo, después de que Rian Johnson casi
se cargara la saga con el Episodio VIII. Abrams ha tenido que recomponer las
tramas originales de la excelente El despertar de la fuerza,
intentando formar de nuevo el puzle, a pesar de que Johnson perdió tres
o cuatro piezas, intencionada y torpemente. Y creo que lo consigue el bueno de J.J.
Este episodio IX tiene un ritmo endiablado, grandes escenas de acción y el fin
de la irresistible relación entre Kylo Ren y Rey (casi lo único que respetó el
anterior director en Los últimos Jedi).
Daisy
Ridley
está tan bien o mejor que en las dos anteriores. Amo a los personajes de la
primera trilogía, a Luke, a Han y a Leia; pero, lo siento haters, Rey me
parece un personaje fantástico también. Es más (no sigáis leyendo,
nostálgicos), Rey me parece el mejor personaje de todos. Ea. Ya lo he dicho.
Firmo
y confieso mi herejía: peliculón.
6. GREEN BOOK
Buenos
personajes, estupendos diálogos, una historia tan hermosa como entretenida, una
ambientación excelente y las dosis justas de humor y denuncia social. Sin más
alardes, sin grandes efectos, sin sorpresas. A veces basta con eso para crear
una gran película. Green book es un homenaje a ese cine del
Hollywood dorado. Dos personajes carismáticos, entrañables, complementarios, y
un viaje en el que comparten una serie de experiencias y aventuras que abrirán
su mente a un mundo que desconocían, al mismo tiempo que forjarán una sincera
amistad. El mensaje que transmite este cine, esta película, es inspirador. Mahershala
Ali y Viggo Mortensen crean dos personajes para el recuerdo.
5. JOKER
El
Joker siempre ha tenido dos caras. Tras su máscara de bufón, sus bromas, sus
payasadas, sus artilugios circenses y sus pinturas de payaso, se escondía el
enfermizo psicópata delirante, el asesino en serie, el genocida. Todd
Phillips ha decido centrar su película en esta segunda cara. Ha querido
explicarnos cómo un niño solitario que solo quiere hacer reír a los demás se
convierte en un monstruo. La oscuridad, la profunda tristeza que hay detrás de
esa terrible transformación, es lo que ha querido mostrarnos el director de
esta dura, amoral, áspera y genial película. No hay héroes, ni villanos; no hay
lucha del bien y el mal. Solo hay enfermedad, locura, violencia y, en cierto
modo, liberación. Una película tan fascinante como desasosegante.
Y
luego está lo de Joaquin Phoenix. Para eso no hay palabras. Es mejor
verlo. Una de las mejores creaciones de un personaje en la historia del cine. Y
me quedo corto.
4. DOLOR Y GLORIA
Sin
duda, la obra más personal de Almodóvar. Una película con enorme carga
autobiográfica escrita en el momento de crisis y madurez más importante del
director manchego. Es un ahora o nunca, la revelación que su cine necesitaba en
esta última etapa de peligrosa indefinición. Es un mirar atrás para renacer
espléndidamente. En ella están todos los grandes temas del cine
de Pedro: su niñez, la omnipresente relación con su madre (algo obsesivo
para el director), su despertar sexual, su relación con el arte, la depresión,
el miedo a la enfermedad... Una revelación valiente y sincera con la que el
director manchego se abre en canal. Y para ello no podría haber elegido a un
mejor alter ego que otro genio en lo suyo: Antonio Banderas. Está maravilloso
el malagueño; contenido, sin exagerar un ápice su versión del propio pedro,
pero resultando en todo momento creíble y reconocible. Encarna perfectamente a
ese personaje autodestructivo que circula por el borde del precipicio, que vive
acomodado en la duermevela constante, en la duda del fracaso vital y en el
miedo de la muerte artística.
En el fondo, es una película sobre el propio arte. Y el título no puede expresar mejor lo que significa el acto de creación para el artista. Dolor y gloria es la obra maestra de Pedro Almodóvar. Una película perfecta y maravillosa.
3. THE OLD MAN & THE
GUN
No
pude evitar sentir un respingo de nostalgia viendo este adiós definitivo de uno
de los más grandes actores de siempre, tras seis décadas dedicado en cuerpo y
alma a la industria del cine. Creo, sinceramente, que el propio Robert
Redford no podría haber imaginado un retiro tan atinado, con una película
hecha a su medida, en la que volvemos a compartir un último viaje con un
personaje muy reconocible en la filmografía del actor: uno de esos tipos que se
mueven en líneas morales fronterizas, pero que enamoran a la primera sonrisa, a
pesar de su ética o su marginalidad. Nadie como Robert Redford ha
sabido componer este tipo de villanos buenos, delicados, discretos,
maravillosos. The old man & the gun es una película
divertida, entrañable, emotiva, encantadora. Todo en ella rezuma una extraña
mezcla de vitalidad (la película es un canto a la libertad y al inconformismo)
y, por otra parte, melancolía (por la despedida de uno de los más grandes).
Desde los primeros planos de la película, ya le añoro. Le acompaña en este
último baile una espléndida Sissy Spacek. No os perdáis la banda sonora de Daniel
Hart. De lo mejor del año también.
Ha
sido un enorme placer, señor Redford. Gracias por su inmensa carrera y
por este último y hermoso crepúsculo.
2. ÉRASE UNA VEZ... EN
HOLLYWOOD
No
solo es otra obra maestra de Tarantino (y van...). Es, sobre todo, una
declaración de amor, con mayúsculas, al propio cine. Pero no al cine
glamouroso, al de los premios, los grandes estudios, las fiestas, los contratos
astronómicos o el papel couché. Tarantino escribe esta emotiva carta de
amor al otro cine, al de los perdedores, los olvidados, los dobles de acción, las
producciones de bajo coste, los especialistas, los guiones de medio pelo, las
carreras truncadas y los sueños rotos. A ese cine que hacían tipos audaces y
desafortunados con pocos medios: el cine de serie b, artesano, imaginativo,
cutre pero irresistible. Tarantino siempre ha dicho que ama ese cine y
que decidió hacer películas para homenajear a esas historias pulp de personajes
como Djiango, persecuciones de coches alocadas, tipos duros o peleas de artes
marciales. Érase una vez... en Hollywood es una película hecha
por un friki que creció amando esas películas frikis y que, años después, ha
podido devolverle al género ese cariño.
Lo
hace rodeado de dos estrellas fulgurantes (Brad Pitt y Leonardo
DiCaprio), que encarnan a dos de esos talentosos perdedores. En ellos
personifica Tarantino a todos aquellos buenos actores que se quedaron en
el camino.
Como
en los mejores cuentos (y este lo es), el narrador deja lo mejor para el final.
La moraleja es clara: el cine es mucho mejor que la vida real. Una película
extraordinaria, eterna.
1. MULA
Si
solo vas a ver una película de este listado, tiene que ser esta. Rodada con la
sencillez de un maestro, con la elegancia del artista genial que no necesita
apenas nada para crear una gran obra. Esa naturalidad que ya no se ve en casi
ningún cineasta. Ese aroma clásico que tanto se echará de menos un día. Eastwood
se despide de la interpretación con un personaje inolvidable, el de un anciano
(Earl Stone) que se convierte en mula de una banda de traficantes en las
cercanías de la frontera de México. Earl Stone es la otra cara de la moneda de
Walt Kowalski, el inolvidable protagonista de Gran Torino por el
que Eastwood debió ganar el Óscar a la mejor interpretación. Ambos
personajes comparten cosas (son dos ex soldados solitarios y chapados a la
antigua que no se acostumbran al mundo moderno); pero Earl no es un viejo
cascarrabias amargado, sino un tipo vitalista, generoso, parlanchín y seductor.
Su gran pecado es haber disfrutado al máximo de la vida y sus placeres, pero
olvidándose de su familia. En cualquier caso, un papel muy alejado de los tipos
duros que protagonizaba el californiano antaño. Posiblemente, a sus 88 años,
uno de los registros más sorprendentes y encantadores de todos los que ha
encarnado Clint Eastwood. Es imposible ver Mula y no
sentirte fascinado por este anciano afectuoso y socarrón, como se sienten cada
uno de los personajes que lo tratan a lo largo de la película. La
interpretación de Clint es maravillosa. No exagero si digo que realiza,
a esta edad, uno de los mejores trabajos de su carrera como actor, si no el
mejor. Earl es un personaje repleto de matices que van desde la dureza y la
terquedad de un viejo maniático, hasta la ilusión y la fragilidad de un niño de
casi 90 años. Ver como Clint Eastwood se convierte en ese inconsciente,
jovial y apasionado vividor es un verdadero placer y un regalo, no solo para
sus fans más rendidos, sino para cualquier espectador.
Los
maravillosos planos de Clint Eastwood entre las flores, sus chispeantes
bailecitos, sus chistes malos y casposos, sus consejos de abuelo cebolleta, sus
canciones en el coche mientras come helados llevando el maletero repleto de
droga, y esa entrañable manera de ganarse a todos los demás personajes, son
pura delicia. Como lo es cada primer plano de su rostro, surcado por miles de
arrugas. Ese perfil ensangrentado de Clint conduciendo la furgoneta por
carreteras desérticas, con el ceño fruncido por el dolor y el remordimiento, es
una imagen inolvidable para la historia del cine.
Si,
como decía Billy Wilder, uno es tan bueno como lo mejor que ha hecho, Clint
confirma con esta película, no solo que sigue siendo el mejor director de las
últimas décadas, sino uno de los mejores actores de siempre.
Sin duda alguna es usted un/a gran crítico acerca del mundo cinematográfico, espero que siga escribiendo largo y tendido para que todos sus lectores podamos seguir disfrutando con usted.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras. Seguiré comentando la cartelera actual. Es un placer hacerlo y compartir gusto por el cine.
EliminarSaludos.